LA CIENCIA PRUEBA QUE LA NATACIÓN TIENE MUCHO DEL MOVIMIENTO DE LOS PECES

Academia de Natación Parque Central

Cuando nadamos, algunos de nuestros movimientos en el agua tienen elementos en común con los que realizan los peces y los mamíferos marinos, con el fin de reducir al máximo la resistencia de nuestro cuerpo al agua y aumentar nuestra velocidad al desplazarnos.

Investigaciones realizadas por académicos de la Universidad de Granada, España, pudieron constatar que, al propulsarse y desplazarse en el elemento líquido mediante un movimiento ondulatorio, el ser humano produce una estela similar a la que dejan los peces.

El poderoso movimiento subacuático de Michael Phelps le ofreció ventajas sobre sus rivales. (Foto: Cortesía)

Los investigadores utilizaron una técnica de inyección de burbujas denominada Visualización del fluido para detectar y medir la estela producida por los nadadores al realizar las vueltas en la piscina.

«La teorías propulsivas que (se) aplicaban a los peces hablaban de propulsión inducida por vórtices, y resulta que el ser humano produce unos vórtices organizados de la misma manera, lo que se denomina una estela propulsora», comenta Raúl Arellano Colomina, profesor del departamento de Educación Física y Deportiva, en un video de la serie «Ciencia cerca» publicado este viernes 12 de mayo por la Universidad de Granada en YouTube.

Tal descubrimiento ayuda a entender por qué algunos nadadores como Michael Phelps, en las salidas y los virajes de los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, lograban alcanzar tanta velocidad al nadar, enfatiza Arellano. «O cómo Mireia Belmonte, en su último viraje de los 200 mariposa (de Río 2016, donde ganó el oro) aprovechaba este movimiento hasta alcanzar prácticamente los 15 metros y desbordar a sus rivales».

«Fue una gran sorpresa porque, a pesar de los años de evolucion unos seres vivos y otros, el ser humano estaba utilizando una técnica similar», añade.

Explica el catedrático español que la propulsión que utilizamos en natación es muy diferente a la usada en la mayoría de los deportes, a la vez que enfrenta obstáculos como una resistencia del cuerpo al agua mucho mayor que la del aire, sin que exista un elemento firme como el suelo donde apoyarse para impulsarse.

Por ello, recomienda emular en cierto modo el comportamiento de los peces en el agua: “Coloca tu cuerpo lo más horizontal, para disminuir tu resistencia, aprovecha la propulsión aplicándola de forma continua con la mayor superficie posible y con la mayor fuerza posible».